Georges Nivat: El fenómeno Solzhenitsyn. Traducción de Laura Claravall. Ediciones del Subsuelo, Barcelona, 2023.

    

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Ediciones del Subsuelo, de la mano de Laura Claravall, termina el año 2023 ofreciendo al mundo hispanoparlante una nueva exclusiva procedente del campo de los estudios eslavos[1]: se trata de la obra que Georges Nivat dedicó a Aleksandr Solzhenitsyn en 2009 y cuya edición definitiva data de 2018.

El eslavista Georges Nivat es conocido por ser traductor, estudioso y amigo del que fue laureado con el Premio Nobel en 1970 y autor de Archipiélago Gulag. Este trato cercano con Solzhenitsyn le permitió un conocimiento especial de sus circunstancias personales como demuestra con creces en este extenso trabajo, donde se brinda, ya en el primer capítulo («Referencias», págs. 23-71), una extensa y exhaustiva biografía, indispensable para la recta comprensión tanto de la vida como de la obra del escritor ruso.

Este magistral recorrido biográfico se ve coronado a lo largo del texto por un conjunto de capítulos en los que se insiste en el carácter de historiador y, a la vez, de profeta que distinguió durante toda la vida a Solzhenitsyn. De esta forma, se presenta al escritor ruso como el genuino espíritu de la literatura rusa debido a la naturaleza profundamente testimonial, esto es, histórica de su obra, que va indisolublemente unida a una clara intención de querer influir moralmente en el lector. De ahí que, definiendo a Solzhenitsyn como historiador y profeta, no sólo se destaque su faceta literaria, sino también –y como consecuencia inevitable de lo anterior– política, pues sus obras son llamamientos públicos, lecciones, cuando no reflexiones sobre la autonomía del hombre en el «siglo de las alambradas» (pág. 294).

Así se encargan de demostrarlo los capítulos «El grito y la avalancha» (págs. 73-84), donde se describe el carácter social y político («histórico») de la producción literaria de Solzhenitsyn y, sobre todo, «Polémicas» (págs. 85-109). En este último se presentan los distintos conflictos que mantuvo el escritor ruso tanto con sus compatriotas, como con los defensores del bolchevismo en Occidente, así como con allegados y colaboradores. Todos estos enfrentamientos estuvieron causados –afirma Nivat– por su forma de ser «autoritaria», es decir, estuvieron motivados por la conciencia de Solzhenitsyn de tener una misión en la vida y su deber de permanecer inalterablemente fiel a ella.

En el capítulo titulado «Los continentes de lo real» (págs. 111-145), Nivat destaca el realismo patente en la producción literaria de Solzhenitsyn, en la que el novelista ruso ofrece testimonio de lo que acaecía en la Rusia Soviética, tanto en los campos de concentración (Archipiélago Gulag), como en la sociedad civil (p. ej., en Pabellón de cáncer).

Tras un breve excurso («Las piedras angulares», págs. 147-175), donde se analiza la concepción «matemática» (pág. 154) de sus obras literarias y su forma narrativa, se pasa de nuevo a resaltar el cariz combativo de la vida de Solzhenitsyn y, por ende, de su novelística. Ya en el capítulo «El luchador» (págs. 177-193), Nivat incide en el principio inalterable de rebelión que gobernó la vida del escritor ruso, expresado en la convicción de saber decir «¡No!» a las injusticias. Este carácter rebelde se constata de manera clara y evidente en todos los héroes de sus novelas, quienes «deben volver a aprender la sinceridad y a hablar con propiedad gracias a la ironía, al humor, a la subversión de la risa» (pág. 180).

En este sentido, Nivat sostiene que la obra de Solzhenitsyn es una denuncia del mal que se halla en cada hombre (pág. 179), forjando de esta manera lo que aquí se denomina una «antropología del vicio» (pág. 180) y que tendría como base el cristianismo ortodoxo del autor. En efecto, como se expone a continuación («Atleta de Dios», pág. 195-214), Solzhenitsyn tenía la convicción de que todo su actuar literario, es decir, político estaba motivado por el hecho de que se consideraba un «soldado de Dios» (pág. 196). En el capítulo «Escribir ruso» (págs. 231-253) se manifiesta esta creencia en su deseo de recuperar una concepción más pura del idioma y del estilo ruso, del que resalta su carácter específico frente al resto de lenguas europeas y, en el que lleva por título «Ser ruso» (págs. 255-288), Nivat pone el énfasis en el profundo amor que Solzhenitsyn sentía por las genuinas tradiciones rusas.

Es en este contexto, donde se inserta el proyecto vital de Solzhenitsyn de no sólo crear un memorial archivístico de la genuina historia de su patria, sino también literario. Esta ambición, que iba mucho más allá de Archipiélago Gulag, se materializó en gran medida en La rueda roja, obra que resulta clave para la completa y clara comprensión del «fenómeno Solzhenitsyn», pues en ella se refleja su gran misión vital: escribir la verdadera historia de la Revolución Rusa con el fin de combatir las falsificaciones tanto de los historiadores occidentales, como de los ideólogos soviéticos, a quienes seguirían a pies juntillas (pág. 268).

«Desde la otra orilla» (págs. 289-300) es el capítulo donde Nivat pone en conexión de manera específica el pensamiento político de Solzhenitsyn con Fiódor Dostoievski y Alexandr Herzen con el fin de ofrecer el contexto y el marco conceptual adecuados para llevar a cabo un extenso análisis de la obra La rueda roja, como puede leerse en el siguiente apartado intitulado «Un fracaso genial» (págs. 301-354).

En el capítulo «Mesianismo ruso, mesianismo judío» (págs. 355-375) se aborda una de las cuestiones más polémicas de la producción literaria de Solzhenitsyn: su posible antisemitismo. Aquí Nivat se centra en el escrito de carácter histórico 200 años juntos, un texto que, leído quizás demasiado deprisa por muchos críticos y admiradores, condujo a la errónea opinión de que Solzhenitsyn culparía a los judíos de todos los males de Rusia y, en concreto, de la Revolución Rusa, a pesar de su considerable participación numérica.

Dentro de esta línea de interpretación de la vida y de la historia de su país, se enmarca también la serie de anotaciones que Solzhenitsyn realizó sobre la literatura de los siglos XIX y XX y que se recogen en el capítulo «Solzhenitsyn, juez de la literatura rusa» (págs. 377-393). En estas páginas, Nivat demuestra cómo el principio de amor a Rusia era fundamental para Solzhenitsyn a la hora de valorar y, en su caso, de condenar obras que presentaban a Occidente como superior a Rusia (véase el caso paradigmático de Joseph Brodsky, págs. 391-393).

Los capítulos finales («Los inicios y los frutos tardíos», págs. 395-405 y «El luchador se ha ido… [Epílogo]», págs. 407-411) tienen la misión de reflejar la unidad temática de la producción literaria de Solzhenitsyn y, a la vez poner de manifiesto la personalidad tremendamente combativa, rebelde e inconformista de un escritor que amaba profundamente a su país, a su pueblo, a su tradición, a su cultura, a su lengua y que no se cansó de «hacer diagnósticos despiadados» (pág. 408) que con posterioridad han sido paulatinamente confirmados.

El colofón a esta investigación lo constituye una extensa bibliografía sobre Solzhenitsyn, donde se indican minuciosamente las correspondientes versiones españolas de los estudios en otros idiomas (págs. 415-425), así como dos útiles índices: onomástico (págs. 427-438) y de todas las obras citadas de Solzhenitsyn y de otros autores (págs. 439-444).

Como se puede observar, esta exposición biográfica e interpretativa de la obra de Solzhenitsyn realizada por Georges Nivat es fundamental no sólo para el especialista, sino también para cualquier lector que desee ir más allá de Archipiélago Gulag, obra que, sin embargo, continuará siendo para siempre actual al poner en conocimiento público el gran peligro que supone el socialismo «científico», es decir, el comunismo, para el ser humano (pág. 409).

En este sentido, no nos queda más que agradecer sinceramente tanto a Ediciones del Subsuelo, como a Laura Claravall (quien ofrece con su excepcional trabajo de traducción un texto en español que se lee deliciosamente bien) por su extraordinaria labor y desear que puedan continuar publicando obras que fomenten, en unos tiempos tan convulsos como los actuales, el conocimiento y la correcta comprensión y valoración del rico y profundo mundo de la literatura rusa.

Jordi Morillas

 

[1] Véanse, por ejemplo, André Gide: Dostoievski. Artículos y charlas. Traducción de Laura Claravall. Ediciones del Subsuelo, Barcelona, 2016 (reseñado en Estudios Dostoievski) o Virgil Tanase: Dostoievski. Traducción de Laura Claravall. Ediciones del Subsuelo, Barcelona, 2021 (reseñado en Estudios Dostoievski).