Paolo Stellino, "El descubrimiento de Dostoievski por parte de Nietzsche", Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, 13 (2008), 79-99. 

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Paolo Stellino o para qué sirve el dinero de nuestros impuestos

 

stellinoPlatón, en su Politeia, comentaba el hecho de que la filosofía se hubiera convertido en objeto de mofa y escarnio entre sus contemporáneos con los siguientes términos:

«Por consiguiente, el error y el descrédito que se abaten actualmente sobre la filosofía se debe, como ya he dicho antes, a que no se la cultiva dignamente. En efecto, no deben cultivarla los bastardos, sino los bien nacidos.»[1]

Estas palabras pronunciadas por Platón en el siglo IV a. C. siguen manteniendo todavía hoy desgraciadamente toda su vigencia, gracias, sobre todo, a los trágicos acontecimientos de 1789, los cuales encumbraron de manera definitiva al hombre-masa al poder y, con él, el desprecio por las humanidades.[2]

Desde hace algunos años, están proliferando en España toda una serie de estudios en los que se pretende analizar de manera más o menos detallada hasta qué punto el pensador alemán Friedrich Nietzsche llegó a conocer al escritor ruso Fiódor M. Dostoievski y estuvo influenciado por éste. Entre esta nueva ola de investigadores que ha querido insistir en esta ya vetusta cuestión con el fin no sólo de resaltar aquellas posibles influencias que el ruso pudo haber tenido sobre el pensador alemán, sino también de señalar similitudes y diferencias entre los dos autores sobresale el doctorando italiano Paolo Stellino.

De este joven investigador, que está redactando su tesis doctoral en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Valencia bajo la dirección de Jesús Conill y de Volker Gerhardt, profesor en la Humboldt Universität de Berlín, en torno a la ética, el nihilismo y el cristianismo en Dostoievski y en Nietzsche, destacan hasta el momento tres escritos en los cuales ha ido presentando los resultados de sus investigaciones.

El primero de ellos, que vio la luz en 2007, se titula «Jesus als ‘Idiot’. Ein Vergleich zwischen Nietzsches Der Antichrist und Dostojewskijs Der Idiot»[3]. En él se pretende probar, a base de toda una serie de pasajes de la obra El Anticristo, el hecho de que Nietzsche no sólo leyó la obra El idiota de Dostoievski, sino que, además, su concepción de Jesús expuesta en el mencionado escrito se debería a la representada por el escritor ruso en la citada novela. Al año siguiente, el Sr. Stellino publicaría en español «El descubrimiento de Dostoievski por parte de Nietzsche»[4], en el cual se analizaba el proceso mediante el cual Nietzsche había llegado a trabar conocimiento de la obra de Dostoievski y se abarcaba la cuestión de qué obras habría leído realmente el pensador alemán. Finalmente, en 2009 aparecería «Der Verbrecher bei Nietzsche und Dostojewskij»[5], que buscaba exponer la concepción del «criminal» en Nietzsche y en Dostoievski con la intención de mostrar los paralelismos y las diferencias existentes entre ambos.

Dejando para otro momento los artículos en alemán, nos centraremos aquí en el estudio publicado en castellano con la intención de observar hasta qué punto el Sr. Stellino aporta algo nuevo en lo que se refiere a la historia de la comparación entre Dostoievski y Nietzsche.

En primer lugar, observamos que el estudio publicado en español, estructurado en dos partes más una conclusión, contiene toda una serie de errores formales que se refieren tanto a la cuestión de la transliteración de títulos y palabras del ruso como a la reproducción de citaciones y títulos de estudios y obras. Sin ánimo de ser exhaustivo, éstos son los siguientes:

1. Aunque en la nota 8 (p. 81) el Sr. Stellino sostiene que «tanto en el presente caso, como en los siguientes, la transliteración de la grafía rusa a la grafía latina ha sido efectuada conforme a la tabla de transliteración del ruso de la UNESCO», observamos que
 
  • En la transliteración de Записки из подполья (Apuntes del subsuelo) y Записки из мертвого дома (Apuntes de la casa muerta), el Sr. Stellino translitera la preposición «из», en una ocasión como «iz» (p. 81) y en otra como «is» (p. 81), cuando según la tabla a partir de la cual dice citar debería transliterarse siempre como «iz».
  • Подросток, es decir, El adolescente, el Sr. Stellino lo translitera como Podroctok (p. 83), pero si seguimos la tabla de la UNESCO debería ser Podrostok.
  • Братья Карамазовы el Sr. Stellino lo translitera como Brat’ja Karamazoby (p. 91) cuando, si seguimos la tabla de la UNESCO, habría que hacerlo de la siguiente manera: Brat’ja Karamazovy.
  • Asimismo, en español se escribe Los hermanos Karamázov y no Los hermanos Karamazov (pp. 91 y 98).
  • Елка и свадьба, es decir, Árbol de Navidad y boda («Елка» significa «Árbol de Navidad» y no «Navidad», como traduce el Sr. Stellino en la página 90; «Navidad» en ruso es «Рождество»), se translitera como «Elka i cvad’ba» (p. 90), cuando, si se sigue la tabla de la UNESCO, debería ser «Elka i svad’ba».
  • Записки из подполья el Sr. Stellino lo traduce como Memorias del subsuelo en las pp. 81 y 89 y como Apuntes del subsuelo, cuando cita de la versión española, en las pp. 85 y 86. Записки es el sustantivo del verbo записать y significa «anotar», «apuntar», por lo que la traducción correcta es Apuntes del subsuelo.
  • Asimismo, Записки из мертвого дома se traduce en español como Apuntes de la casa muerta y no Memorias de una casa muerta (pp. 81, 89 y 98). Por otro lado, hay que señalar que el «de una» no está en el título, el cual debería rezar, para adecuarse a la versión que da el Sr. Stellino, de la siguiente manera: Записки из одного мертвого дома.
  • «Достоевский» en inglés lo translitera en una ocasión como «Dostoievsky» y en otra como «Dostoevsky». Así, aparece no sólo de manera distinta en el título en inglés del artículo y luego en el Abstract (p. 79), sino también a la hora de reproducir títulos como sucede en el caso del publicado por C. A. Miller en los Nietzsche-Studien (véase en el cuerpo del texto y luego en la nota 9 de la p. 81).
  • Хозяйка, transliterado, esta vez sí, bien como Hozjajka, en español se traduce como La patrona, no como La posadera (pp. 81, 89 y 90).
  • En la p. 85, se citan unas palabras en ruso procedente de Apuntes del subsuelo sin indicar la fuente de la cual proceden.

2. En la reproducción del epistolario de Nietzsche se llevan a cabo toda una serie de errores en la forma de citar:
 
  • En la segunda carta que cita en la p. 80 las tres últimas palabras no van en cursiva en el original, sino entre comillas, por lo que debería rezar correctamente «con el que ‘yo me entiendo’».
  • En la citación de la tercera carta de la p. 80 no sólo se traduce «Buchladen» por «tienda de libros» (en las pp. 82-83 lo hará por «librería» y en la p. 99 únicamente por «tienda»), sino que también elimina cursivas (p.e., «una música muy extraña, muy poco alemana», a pesar de que luego, en la página siguiente, citando el original alemán reproduzca la cursiva suprimida en su versión española).
  • «Geniestreich der Psychologie» lo traduce en la p. 80 como «alarde genial de psicología», mientras que en la página siguiente como «golpe de genialidad de Psicología» (p. 81) y, pocas líneas más abajo, de nuevo como «alarde genial de psicología» (ibid.).
  • Asimismo, el Sr. Stellino da erróneamente la referencia de la tercera carta que cita en la p. 80, puesto que ésta no se encuentra en la p. 27 de la edición Colli-Montinari, sino en las pp. 27-28.
  • En la p. 89, se cita erróneamente el título de la obra en francés que Nietzsche leyó de Dostoievski. No «Humilés et offensés», sino «Humiliés et offensés» como, por otro lado, se cita correctamente en la página siguiente (p. 90).
  • En la p. 90 no sólo se cita la postal que Nietzsche envió a Peter Gast el 27 de marzo de 1887 dos veces como si fueran textos diferentes, sino que la reproduce con errores de traducción y de puntuación los cuales desvirtúan el sentido. En el original, por ejemplo, no se dice «¡perdón!, si le doy las gracias…», sino «Vergebung, wenn ich nur…», es decir, sin signos de exclamación alguno.
  • La carta que se cita al final de la p. 90, se vuelve a reproducir sin las cursivas de Nietzsche.
  • La segunda carta que se cita en la p. 91, aparece sin las cursivas de Nietzsche y con un grave error gramatical en la traducción: en español no se dice «de recién traducida al francés», sino, en todo caso, «recientemente traducida al francés».
  • En la p. 92, segundo párrafo, se vuelve a citar una carta de Nietzsche sin respetar sus cursivas.
  • En la p. 93, en la primera carta que se cita se ignoran las cursivas de Nietzsche, sus guiones y se vuelven a encontrar graves errores de traducción.
  • En la segunda carta que se menciona en la p. 93, léase en la primera línea una «y» (und en el original) en lugar de la disyuntiva «o».
  • En la p. 94, en la segunda carta que se cita, segunda línea, sobra un guión.
  • En la p. 94, en la tercera carta que se cita, al final del primer párrafo, «cuales» no es precisamente la opción más adecuada para traducir en este contexto el «welche» del original.
  • La paginación correcta de la última carta citada en la p. 95 es p. 450.
3. El título del artículo de C. A. Miller no sólo lo reproduce de manera distinta en el cuerpo del texto (p. 81) y en la nota correspondiente, sino que también cita de manera errónea la revista en la que apareció. Correcto sería: C. A. Miller, «Nietzsche’s ‘Discovery’ of Dostoevsky», en Nietzsche-Studien. Internationales Jahrbuch für die Nietzsche-Forschung, II (1973), pp. 202-257.
 
4. La traducción francesa que leyó Nietzsche de L’esprit souterrain no es de 1884, como se afirma en la p. 81, nota 7, sino de 1886. Y, como autor, los franceses no escribieron «F. Dostoïevski», sino «Th. Dostoïevsky».
 
5 .En la página 80, el Sr. Stellino menciona a Peter Gast como corresponsal de Nietzsche, mientras que en la página 84 se habla de repente de Heinrich Köselitz. ¿Se trata de la misma persona o de dos individuos completamente diferentes?
 
6 .El diario suizo en el que apareció la reseña de J. V. Widmann sobre Jenseits von Gut und Böse no es, como indica el Sr. Stellino, «Bund» (p. 83  y nota 17), sino «Der Bund».
 
7 .Asimismo, «Der Bund» no es una «revista», como se afirma en la p. 83, sino un diario o periódico suizo.
 
8 .En la p. 90 y en la nota 44 se cita erróneamente la edición alemana que Nietzsche leyó de las narraciones de Dostoievski. No «F. M. Dostoevskij, Erzählungen von F. M. Dostoevskij», sino «F. M. Dostojewskij, Erzählungen von F. M. Dostojewskij».
 
9 .A la hora de citar los relatos de Dostoievski recogidos en la anteriormente mencionada edición alemana (p. 90), el Sr. Stellino parece no aclararse con los títulos y las traducciones de manera que, mientras que para él, por un lado, «Christbaum» significa «Navidad», en la nota 47, «Weihnacht» no sólo significa «El árbol de navidad», sino que también sería la traducción alemana de una narración de Dostoievski erróneamente titulada «Mal’čiku na elke».

«Weihnacht», es decir, «Navidad» en español, es el título que el traductor puso al cuento de Dostoievski «Mal’čik u Hrista na elke», es decir, El niño en el árbol de Navidad de Cristo.

10. La autobiografía de Nietzsche es citada por el Sr. Stellino de varias maneras: Ecce Homo (p. 88) y Ecce homo (p. 98), cuando debería ser siempre de esta última forma.
 
11. Der Antichrist es citado indistintamente también de varias formas: El Anticristo (pp. 93, 95, 96, 97, 98 y 99) y El anticristo (p. 96, nota 74 y p. 98, nota 87).
 
12. El nombre de la señorita con la cual Nietzsche conversó en torno a Dostoievski es Resa von Schirnhofer y no «Schirnhoffer», como indica el Sr. Stellino en la p. 91.
 
13. En la p. 91 se cita la revista de la cual era editor K. Bleibtreu de la siguiente manera Magazin für die Literatur des In- und Auslandes, cuando correcto sería Magazin für die Litteratur des In- und Auslandes.
 
14. En español, la capital de Dinamarca es Copenhague y no «Kopenhagen», que es como se escribe en alemán (p. 93).
 
15. En Alemania, la novela Преступление и наказание, es decir, Crimen y castigo, se conoció en un primer momento como Raskolnikow y no como «Raskol’nikov» (pp. 91-92), que es la forma transcrita del nombre en ruso del protagonista de la novela.
 
16. La referencia de la obra de Paul Bourget, André Cornélis, que Nietzsche leyó no es Paris: Éditions Larousse, 1887, como se afirma en la p. 92, nota 56, sino Paris: A. Lemerre, 1887[6].
 
17. Fue P. Ginisty y no Ginistry, como se afirma en la p. 93, quien, en compañía de H. Le Roux, adaptó escénicamente Crimen y castigo en el teatro Odéon de París.
 

Errores de ortografía

  • p. 82, línea 6: se escribe «Dostoeivski» en lugar de «Dostoievski».
  • p. 85: alter ego se escribe sin acento y en cursiva.
  • p. 88, penúltimo párrafo, segunda línea por abajo: no «hasta donde llegó», sino «hasta dónde llegó».
  • p. 90, nota 47: es «título», no «titúlo».
  • p. 91, primera línea y en el último párrafo, segunda línea por abajo: se escribe «París» sin acento (cfr. también la p. 93), mientras que, en la página 96, citando una carta de Nietzsche, lo escribe correctamente.
  • p. 91, en la primera carta citada de Nietzsche, en la línea 4, se escribe un «qué» exclamativo sin acento.
  • p. 95, nota 70, tercera línea: se dice «constituido», no «consituido».
  • p. 95, nota 70, sexta línea: se dice «sugirió», no «sugerió».
  • p. 98, primer párrafo, última línea: se dice «extensión», no «estensión».
  • p. 98, segundo párrafo, tercera línea: se dice «atestigüe», no «atestigue».
  • p. 98, segundo párrafo, séptima línea: se dice «encontrar», no «encontar».
  • p. 99, primer párrafo, primera línea: se dice «transcripción» (cfr. p. 86), no «trascripción».

Errores de puntuación

  • p. 84, tercer párrafo, octava línea: sobran unas comas que, además, dificultan la comprensión del texto.

Errores gramaticales y de sintaxis:

  • p. 87, último párrafo, séptima línea: en español no se dice «remonta al año 1873», sino «se remonta al año 1873».

Errores de ortografía en alemán:

  • En la p. 80 escribe «Verwandschaft», mientras que en las pp. 90 y 93 lo pone correctamente, es decir, «Verwandtschaft».
  • En la p. 98 se escribe Nachlss en lugar de Nachlass.

Por otro lado, si entramos en cuestiones de contenido, observamos que, sin ánimo de ser exhaustivos:

1. El Sr. Stellino cita por un lado la carta de Nietzsche del 23 de febrero de 1887 dirigida a F. Overbeck, en la cual el filósofo alemán sostiene que el «encuentro casual» con la obra de Dostoievski en una librería se asemeja bastante al mismo que tuvo con la de Schopenhauer «cuando yo tenía veintiún años» (p. 80), para afirmar a continuación que el descubrimiento de la obra El mundo como voluntad y representación se produjo en un «anticuario de Lepizig en 1867» (p. 81). Si se hacen los cálculos, observamos que aquí falla algo. Si Nietzsche nació en 1844 y comenta que descubrió a Schopenhauer cuando tenía 21 años, ¿cómo es posible que lo hiciera entonces en 1867? Evidentemente, el error no es de Nietzsche, quien tuvo su primer encuentro con la obra principal de Schopenhauer en Leipzig, en otoño de 1865, en el anticuario propiedad de su casero.

2. En la misma página 81 el Sr. Stellino califica de «ensayo» el trabajo del investigador americano C. A. Miller «Nietzsche’s ‘Discovery’ of Dostoevsky». En primer lugar, el estudio que publica en 1973 C. A. Miller en Nietzsche-Studien no es de ninguna manera un «ensayo», sino que constituye, antes bien, el primer análisis serio realizado tras la posguerra de cómo Nietzsche llegó a conocer la obra de Dostoievski.

3. En la página 82, el Sr. Stellino afirma que no era posible que Nietzsche desconociera el nombre de Dostoievski, puesto que, a raíz de la publicación en alemán de la traducción de Crimen y castigo, el nombre del escritor ruso «tuvo una gran resonancia en Alemania». Quizás habría que recordarle al Sr. Stellino que Nietzsche, desde 1869, no vivía en Alemania, por lo que esta «gran resonancia» poco le podría afectar.

4. En la página 84, el Sr. Stellino hace referencia a la clásica cuestión del origen de la palabra «subterráneo» (unterirdisch) en el prólogo de Aurora, lo cual le llevará, en las pp. 85-86 a realizar un análisis de su posible semejanza semántica con el concepto de «subterráneo» en la obra de Dostoievski Apuntes del subsuelo. Aquí conviene señalar lo siguiente:

  • «Subterráneo» (unterirdisch) no es «idéntico» (p. 85) a «subsuelo» (podpol’e). En alemán, подполье significa «Keller», siendo traducido en las versiones alemanas del texto también como «Untergrund», pero nunca como «unterirdisch».
  • Por otro lado, declaraciones posteriores de Nietzsche en su correspondencia nos hacen ver que poco o nada tiene que ver su concepto de «unterirdisch» con el supuestamente dostoievskiano. Véase, por ejemplo, la carta a Franz Overbeck del 14 de abril de 1887:

«En ambos lugares [Sils-Maria y Niza] me falta ahora aquella primera y más esencial condición, la soledad, la profunda tranquilidad, el apartamiento, la lejanía, sin la cual no puedo descender a mis problemas (pues, dicho sea entre nosotros, yo soy en un sentido ciertamente terrible un hombre de las profundidades; y sin este trabajo subterráneo no soporto ya la vida» («Es fehlt mir jetzt an beiden Orten [Sils-Maria und Nizza] jene erste und wesentlichste Bedingung, die Einsamkeit, die tiefe Ungestörtheit, Abseitigkeit, Fremdheit, ohne welche ich nicht zu meinen Problemen hinunter kann (denn, unter uns gesagt, ich bin in einem geradezu erschrecklichen Sinn ein Mensch der Tiefe; und ohne diese unterirdische Arbeit halte ich das Leben nicht mehr aus)».

     O la que le dirige a Erwin Rohde el 23 de mayo de 1887:
 

«Cuando se está de tal manera metido y cavando en sus profundas obras de minería, se convierte uno en ‘subterráneo’, por ejemplo, en desconfiado. Ello estropea el carácter: testimonio de ello es mi carta. ¡No me guardes rencor!» («Wenn man dergestalt in seinen tiefen Bergwerken steckt und gräbt, wirk man ‚unterirdisch‘, zum Beispiel mißtrauisch. Es verdirbt den Charakter: Zeugniß mein letzter Brief. Nimm für lieb!».)

  • Intentando mostrar este paralelismo y esta temprana influencia de Dostoievski en la obra de Nietzsche, el Sr. Stellino se hace eco, por último, del estudio que, por otro lado, no cita, de Eric v. d. Luft y Douglas G. Stenberg: «Dostoevskii’s specific influence on Nietzsche’s preface to ‘Daybreak’», en Journal of the history of ideas 52 (1991), pp. 441-461, el cual, bajo premisas metodológicas más que dudosas, pretende demostrar que Nietzsche, en efecto, redactó ese prólogo a Aurora bajo la influencia de la lectura de Dostoievski[7]. La cuestión es, si esto es así, ¿por qué tardó tanto en hablar de su descubrimiento a sus amigos? ¿Por qué ese tono de sorpresa y admiración ante un descubrimiento que, según argumenta el Sr. Stellino siguiendo a Luft y Stenberg, habría tenido lugar meses antes?

5. En diversos lugares de su artículo (pp. 83, 94), el Sr. Stellino cita como «biógrafo nietzscheano» a Werner Ross y su obra Friedrich Nietzsche. El águila angustiada ignorando por completo la biografía en tres tomos publicada en los años 1978-1979 por C. P. Janz. Desconocemos los motivos de este olvido de la obra de Janz, pero son varias las cuestiones a recordar aquí:

  • A pesar de que el alemán Ross se presente como «filósofo», la biografía del suizo Janz, filólogo y musicólogo de formación, es todavía hoy la investigación biográfica más importante y, sobre todo, más documentada y fiable que poseemos de la vida y de la obra de Nietzsche.
  • Si se trata sobre la cuestión de la relación y de la influencia de Dostoievski y Nietzsche, no cabe duda que las páginas que le dedica Janz en su monumental biografía constituyen todavía hoy un documento esencial e imprescindible por toda esa serie de datos que ofrece y que, posteriormente, se limitaría a reproducir, cuando no a ignorar, Werner Ross.
  • Por otro lado, fue Janz (y no Ross, quien insinúa, sin aportar ninguna prueba documental, que Nietzsche leyó El Idiota de Dostoievski en francés),[8] quien sostuvo con bastante sentido común que «creo que tenemos que tener presente cuán breve y episódico fue el conocimiento de la obra de Dostoievski por parte de Nietzsche. Hay que evitar sobrevalorar la influencia de Dostoievski en Nietzsche; no está de ninguna manera en relación con la influencia de otros, p. ej., de Schopenhauer, Wagner o Platón»[9].

6. En la página 86, el Sr. Stellino nos brinda una prueba de lo que será más adelante una constante metodológica en su investigación: anunciar grandes tesis para ser rebatidas posteriormente por él mismo. Así, se anuncia que el aforismo 347 de La gaya ciencia, en la que Nietzsche habla de «nihilismo al modo de San Petersburgo» (Nihilismus nach Petersburger Muster) «podría confirmar una lectura de la novela dostoievskiana por parte de Nietzsche antes de 1887». Con todo, después de presentar esta tesis, lejos de probarla documentalmente, pasa a argumentar a continuación que podría «referirse más bien al autor ruso Iván Turgenev» y que tendría su base en la lectura por parte de Nietzsche de la obra del escritor ruso Padres e hijos en 1873.

7. Aunque por un lado sostiene que «podemos saber afortunadamente con precisión y exactitud» qué obras leyó el filósofo alemán de Dostoievski gracias a su epistolario y fragmentos póstumos, el Sr. Stellino añade a continuación, sin embargo, que «por lo que atañe a las obras del escritor ruso no mencionadas por Nietzsche, la tarea del intérprete es mucho más ardua y complicada» (p. 89). En este punto son varias las cuestiones que el lector podría plantearse:

  • Si Nietzsche testimonia y deja bien patente qué obras leyó de Dostoievski, ¿cuál es el empeño que lleva al autor del artículo a querer investigar qué otras obras fueron supuestamente leídas por Nietzsche?
  • ¿Por qué debería Nietzsche, quien, entusiasmado con el descubrimiento de Dostoievski, anunciaba a todos sus amigos las lecturas que paulatinamente hacía del escritor ruso, mencionar unas y callar otras?
  • Y, en el caso de que Nietzsche silenciara algunas lecturas suyas de Dostoievski, ¿qué fue lo que le impulsó a ello?

8. Después de señalar algunas de las obras que sabemos que Nietzsche realmente leyó, el Sr. Stellino cita la siguiente frase procedente de una carta que el filósofo alemán le remitió a Overbeck a raíz “del envío” por parte de éste tanto de la novela Humillados y ofendidos como del escrito de Carl Bleibtreu Revolution der Literatur: “Y ¡que pobreza psicológica, por ejemplo en el rechazo tajante, con el que reflexiona sobre la última obra de D[ostoievski]!” (p. 91). Varias cuestiones a indicar aquí:

  • Carl Bleibtreu no es el “redactor” del Magazin für die Litteratur des In- und Auslandes, como se afirma en la p. 91 siguiendo a Gesemann (art. cit., p. 136, nota 30), sino el “Herausgeber”, es decir, el editor.
  • Overbeck no “envió” ningún “escrito” a Nietzsche, como se sostiene en la misma página, sino que la obra de Bleibtreu se la entregó en mano en su encuentro que tuvo lugar en Zúrich del 30 de abril / 1 de mayo de 1887.
  • C. Bleibtreu no es autor de ningún “artículo”, como se afirma en la p. 91, nota 49, sino de un libro que se titula Revolution der Literatur.
  • De las palabras escritas por Nietzsche a Overbeck, el Sr. Stellino concluye, siguiendo la “opinión de Gesemann”, que el filósofo alemán podría referirse a Crimen y castigo, puesto que era la novela de moda del momento y en francés se había editado ya por cuarta vez, a pesar de que sería posible que también se refiriera con ello a El idiota o Los demonios.

La “metodología estricta” empleada en sus investigaciones por el Sr. Stellino parece ser que le impidió ir más allá de la “opinión de Gesemann” y observar que en el comentario a la carta que él cita de Nietzsche a Overbeck que se encuentra en la edición crítica alemana[10], habría obtenido un claro apoyo a sus tesis, según la cual Nietzsche se estaría refiriendo a Crimen y castigo:

Betreffs meiner Aeusserung über Dostojewski habe ich hinzuzufügen, dass ich „Raskolnikow“, den Roman des  G e w i s s e n s, sehr hochstelle. Niemals ist das Weltproblem, um das sich das Menschenleben seit Adam und Eva dreht: Die allbeherrschende Gewalt des unbekannten Gottes, der uns eingeboren und den wir „Gewissen“ nennen, so erschöpfend dargethan – niemals, Shakespeare und Byron ausgenommen [...] Wenn wir hingegen ein Werk wie „Germinal“ mit „Raskolnikow“ vergleichen, so müssen wir letzterem eine feinere Virtuosität der Technik, ersterem aber eine höhere ethisch-soziale Bedeutung zusprechen. Denn nicht das Wie und das Können entscheidet allein, sondern auch das Was und das Wollen. Entkleiden wir den russischen Roman der wundervollen psychologischen Ausführung, so bleibt eine Kriminalgeschichte à la Gaboriau. Nehmen wir hingegen „Germinal“ seine herrlichen Einzelheiten, so bleibt noch die gewaltige Anschauung, die Idee – obschon ich das Balletmässige und Rhetorische der Vortragsweise keineswegs verkenne.

Aus der Mischung der Elemente von „Germinal“ und „Raskolnikow“ wird der grosse eigentliche Roman des Realismus hervorgehen.[11]

Ahora bien, la función de todo investigador que presume de aplicar una “metodología estricta” es leer las obras que cita. Si el Sr. Stellino hubiera ido todavía más allá de Gesemann y de la edición crítica que convenientemente ignora, habría podido comprobar cómo del escrito de Bleibtreu existen 3 ediciones, siendo la utilizada por Nietzsche no la tercera, sino la segunda, donde Bleibtreu había escrito:

En Dostoievski se muestra el estado enfermizo de la semi-cultura moscovita ya en grado preocupante como un tipo de sobreexcitada monomanía de adicción al análisis.

En nota, continuaba Bleibtreu su reflexión sobre Dostoievski de la siguiente manera:

Su última creación, El adolescente, en sí una obra asombrosa, adolece de un único fallo incurable. Un muchacho de 20 años cuenta en tres volúmenes su historia vivida hasta entonces: con sorprendente agudeza detalla todas sus animaladas de juventud, necedades y groserías. A ello hay que añadir que se describe a sí mismo como insignificante, tosco y poco formado, como obedece también a los hechos descritos por él. ¡Olvida, sin embargo, que sólo un hombre eminentemente notorio sería capaz de semejante auto-análisis y de describirlo con tanta fuerza! De esta manera se enreda el naturalismo a menudo en su propio lazo[12].

 Si se tienen presentes estas declaraciones de Bleibtreu, el comentario de Nietzsche no sólo cobra ahora todo su sentido, sino que además se diluye toda duda acerca de una posible lectura de Crimen y castigo apoyándose en esta, como se ve, más que débil prueba.

9. Después de seguir «la opinión de Gesemann», quien no aporta ninguna prueba documental fuera de suposiciones y dudas, el Sr. Stellino acaba reconociendo que, «si bien no leyó directamente la obra cumbre [i.e., Crimen y castigo] de Dostoievski, tuvo, de todos modos, noticia de ella en los últimos meses de su lucidez mental» (p. 93). Por lo que se refiere a la obra El idiota, la cuestión le parece, sin embargo, «menos problemática».

  • Sin querer entrar aquí en detalle sobre esta cuestión, señalaremos únicamente que el Sr. Stellino no sólo no lleva a cabo un análisis textual de las distintas apariciones del término «idiota» en la obra y en la correspondencia de Nietzsche, sino que también parece ignorar en sus reflexiones el resto de lecturas que el propio filósofo alemán llevó a cabo durante la redacción de El Anticristo, es decir, de L. Tolstoi, de J. Wellhausen, de E. Renan y de Ch. Féré y que influyeron, sin duda alguna, en su caracterización de la figura de Cristo[13].
  • Asimismo, sorprende la facultad de subestimar por parte tanto de algunos intérpretes como del Sr. Stellino las capacidades lectoras y comprensivas de Nietzsche con respecto a las obras de Dostoievski. En este contexto, sólo me limitaré a citar las palabras de la máxima autoridad rusa en la relación Nietzsche-Dostoievski, es decir, V. Dudkin, quien en su estudio Dostoievski v Germanii (1846-1921), afirma que:

Incluso en El Anticristo Nietzsche utiliza esta palabra en un sentido completamente diferente con Kant. Préstese atención al hecho de que Nietzsche habla aquí de novelas. Pero que en este caso hable de una novela [Dudkin se refiere al apartado 31 de El Anticristo], no ofrece sin embargo razón alguna para afirmar que se esté refiriendo al Idiota. ¿No se debería suponer en este contexto que la influencia podría ser no de una novela, sino de todas las novelas de Dostoievski conocidas por Nietzsche y que los rasgos psicológicos con los cuales caracteriza a Jesucristo los pudo ver en determinados tipos de héroes de Dostoievski y no exclusivamente en la imagen de Myshkin?[14]

Que el artículo del Sr. Stellino esté lleno de vagas suposiciones, de tesis que se contradicen entre sí, de inexactitudes, de erratas y de tópicos ya superados desde hace mucho tiempo en la bibliografía en torno a la relación Nietzsche-Dostoievski no tendría ningún tipo de interés y quedaría como una prueba más de la calidad científica de la universidad española si no fuera por el hecho de que tales chapuzas están realizadas con el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos. En este contexto, conviene recordar que este trabajo, como pomposamente se indica en la primera página, se inserta «en el Programa F.P.U. del Ministerio de Educación y Ciencia (Ref. Becario: AP2005-5368) y en el Proyecto de Investigación Científica GV06/145, financiado por la Conselleria d’Empresa, Universitat i Ciencia [sic!] de la Generalitat Valenciana)».

Asimismo, sorprende el hecho de que un estudio con este nivel científico y con tantas erratas haya pasado por un consejo de redacción como el de una revista con la reputación de Contrastes, puesto que, si hacemos caso a las indicaciones de la primera página, este artículo se recibió el 17.04.2007 y fue aprobado «definitivamente» el día 08.10.2007. ¿En seis meses nadie del consejo de redacción se ha dado cuenta de la forma en la que se había presentado este escrito? ¿O es que hay que presumir que el peer review de la revista Contrastes lo constituye únicamente el nombre del director de tesis del autor del trabajo?

El hecho de que tales artículos se sigan publicando impunemente en revistas que se pretenden serias y científicas refleja una vez más el estado actual en el cual se encuentra la universidad española, formada por todo un conjunto de mafiosos ignorantes quienes, bajo el nombre de la libertad de cátedra y de la democracia, expulsaron en su momento a los auténticos profesores para ponerse ellos en su lugar y crear de esta manera una casta tan corrupta o más que la política e instaurar un corporativismo de la mediocridad que está ahogando e impidiendo la promoción a aquellos que están capacitados, premiando, por el contrario, a los serviles y a los ignorantes.

Dr. Jordi Morillas

Presidente de la Sección Española de la International Dostoevsky Society.

 

[1] Platón, Politeia,  535c (Traducción y notas de Conrado Eggers Lan. Gredos, Madrid, 19922, pp. 368-369).

[2] Los culpables de esta situación son los padres intelectuales de la Revolución Francesa, es decir, los ilustrados franceses, los verdaderos verdugos de la filosofía en la edad moderna y contemporánea. No en vano, los principios que llevaron a cabo las masacres de París son los mismos que constituyeron la base ideológica de Auschwitz.

[3] Paolo Stellino, «Jesus als ‘Idiot’. Ein Vergleich zwischen Nietzsches Der Antichrist und Dostojewskijs Der Idiot», en Nietzscheforschung (2007), pp. 203-210.

[4] Paolo Stellino, «El descubrimiento de Dostoievski por parte de Nietzsche», en Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, vol. XIII (2008), pp. 79-99.

[5] Paolo Stellino, «Der Verbrecher bei Nietzsche und Dostojewskij», en Nietzscheforschung (2009), pp. 221-229.

[6] Esta obra se encuentra todavía hoy en su biblioteca, como se puede ver en Giuliano Campioni: Nietzsches persönliche Bibliothek. Herausgegeben von Giuliano Campioni, Paolo D’Iorio, Maria Cristina Fornari, Francesco Fronterotta und Andrea Orsucci unter Mitarbeit von Renate Müller-Buck, Walter de Gruyter, Berlin - New York, 2003, p. 147.

[7] De hecho, llegan a escribir que, si bien respetan y no discuten la cronología establecida por C. A. Miller en su «ensayo», «while he [Nietzsche] was ruminating on this draft, he discovered L’esprit souterrain in a bookstore in Nice, added or changed some sentences in the preface, and mailed it without having remembered to change the dateline» (p. 443). Sin embargo, no aportan ninguna prueba documental de esos supuestos cambios de última hora por parte del filósofo alemán.

[8] Afirma Werner Ross en su biografía: «Nietzsche conoció la obra de Dostoievski en versión francesa. Probablemente de él tomó el término ‘idiota’ para el tonto puro, que luego aplicó al mismo Jesucristo». W. Ross: Friedrich Nietzsche. El águila angustiada. Una biografía. Traducción de Ramón Hervás, Paidós, Barcelona, 1994, p. 858. El original reza: «N. hat D. in französischer Übersetzung kennengelernt. Vermutlich von ihm hat er die Bezeichnung ‚Idiot’ für den reinen Toren übernommen, die er dann auf Jesus selbst anwendet». W. Roos: Der ängstliche Adler. Friedrich Nietzsches Leben. Stuttgart, 1980, pp. 822-823.

[9] C. P. Janz en «Diskussion zu Millers „Nietzsches ‚Soteriopsychologie‘“», en Nietzsche-Studien 7 (1978), pp. 150-157, p. 150.

[10] Nachbericht zum dritten Abteilung. Briefe von und an Friedrich Nietzsche 1887-1889, III 7/3.1., Walter de Gruyter, Berlín, 2004, p. 113.

[11] Carl Bleibtreu: Revolution der Litteratur, Leipzig 1887 (Nachdruck: Revolution der Literatur. Mit erläuternden Anmerkungen und einem Nachwort neu herausgegeben von Johannes J. Braakenburg. Tübingen 1973), Vorwort zur 3. Auflage, pp. vii-viii.

[12] C. Bleibtreu: Revolution der Literatur. Zweite verbesserte und vermehrte Auflage, Leipzig: Friedrich, 1886, prólogo «De rebus omnibus», pp. XIX-XX. Para esta cuestión, véase asimismo Andreas Urs Sommer: Kommentar zu Nietzsches Der Fall Wagner, Götzen-Dämmerung. Hrsg. von der Heidelberger Akademie der Wissenschaften, Berlín-Nueva York, 2012, Bd. 6/1, pp. 188-189. Con este testimonio delante, se ha de corregir, por consiguiente, la información anteriormente citada ofrecida por la editora del comentario crítico al epistolario de Nietzsche.

[13] Crítica que es totalmente válida también para su artículo dedicado íntegramente a esta cuestión y en la que se preocupa exclusivamente de citar de la versión francesa de la novela El idiota que, según él, leyó Nietzsche.

[14] V. V. Dudkin y K. M. Azadovskij: «Dostoievski v Germanii (1846-1921)», en Literaturnoe nasledstvo. Т. 86, Moscú, 1973, pp. 659-740, p. 686. Cfr. asimismo, su obra Dostoievski – Nietzsche (problema cheloveka), Petrozavodsk, 1994, pp. 92 y ss.