John Makeham, Transmitters and Creators: Chinese Commentators and Commentaries on the Analects, Harvard University Press, Cambridge, 2003.
El estudio del confucianismo clásico y, en general, cualquier investigación de carácter académico que tome esta corriente filosófica iniciada por Confucio como motivo de estudio, debe enfrentarse siempre al problema de la interpretación. A diferencia de la mayor parte de los textos de filosofía clásica griega o latina, los textos chinos de este período son mudos en muchos aspectos considerados esenciales. Su laconismo gramatical, su sobriedad semántica y su aparente y enigmática incomprensibilidad se han ganado el rechazo de numerosos filósofos occidentales. Los comentarios han sido un género habitual y fecundo en la tradición china, como bien demuestran las conocidas exégesis de Wang Bi 王弼 y Heshang gong 河上公 al Daode jing 道德經, así como los numerosos comentarios a los clásicos chinos que se encuentran hoy recogidos, por ejemplo, en la voluminosa Sibu congkan 四部叢刊 o Colección de las Cuatro Especialidades en 3112 tomos. Pero desde el inicio de la moderna sinología, las interpretaciones académicas han tendido a centrarse sobre los textos originales descuidando, especialmente en el caso del confucianismo, cómo han sido leído estos textos en los últimos dos milenios.
John Makeham, prolífico sinólogo y profesor en la Universidad Nacional Australiana, nos ofrece con este libro una visión panorámica de los comentaristas confucianos a través de cuatro textos ejemplares: Colección de Explicaciones sobre las Analectas de He Yan 何晏 (c. 190-249), Elucidación del Significado sobre las Analectas de Huang Kan 黃侃 (488-545), Colección de Anotaciones sobre las Analectas de Zhu Xi 朱熹 (1130-1200) y El Correcto Significado de las Analectas de Liu Baonan 劉寶南 (1791-1855) y su hijo Liu Gongmian 劉恭冕 (1821-1880). La importancia de estos textos en general y del comentario en particular es resaltada por Makeham en su introducción:
“Los comentaristas que creen que pueden de algún modo interpretar el texto de las Analectas sin estar influidos por anteriores interpretaciones se están engañando a sí mismos” (pág. 2).
Cada una de las cuatro partes en las que se divide este documentadísimo estudio se encuentra precedido por una introducción en la que se tratan temas relacionados con el contexto histórico, detalles biográficos de los comentaristas y problemas de autoría, así como por un trazado general de las suposiciones a partir de las cuales cada uno de los autores analiza la obra confuciana.
En la primera parte, como hemos dicho, se estudia la Colección de Explicaciones sobre las Analectas de He Yan o Lunyu jijie 論語集解, así como el papel que sus colaboradores pudieron tener en la creación de la misma. Según Makeham, el comentario de He Yan resalta el papel de Confucio como transmisor, antes que creador (pág. 48), criticando con ello subrepticiamente la influencia interpretativa del historiador Sima Qian 司馬遷, autor de los Shiji史記 o Registros históricos.
La segunda parte la dedica Makeham a Huang Kan y su obra Elucidación del Significado sobre las Analectas o Lunyu yishu 論語義疏, un comentario que gira en torno a la jerarquía intrínseca en la habilidad de las personas, un tema cercano a la República platónica y a las escuelas de budismo contemporáneas a Huang Kan. Los deseos y respuestas emocionales presentes en cada ser humano, defiende el autor, determinan su posición en la sociedad (pág. 106), pero el sabio confuciano, al contrario de la mayoría, no sólo sabe controlar esas pasiones, sino que es consustancial con el conocimiento moral y ontológicamente diferente de los restantes seres humanos –que tan sólo pueden aspirar imitativamente al mismo grado de moralidad que el sabio–.
Zhu Xi, probablemente el filósofo chino más influyente después de Confucio y Mencio, es objeto de estudio en la tercera parte de esta obra. Su Colección de Anotaciones sobre las Analectas o Lunyu jizhu 論語集注 presenta una visión pesimista del sabio en tanto que figura inalcanzable, pues las virtudes necesarias para semejante grado de moralidad se encuentran más allá de las posibilidades humanas. A pesar de ello, Zhu Xi no rechaza por ello la filosofía confuciana, sino que la entiende como una guía de comportamiento no prescriptiva.
Finalmente, el autor se ocupa de El Correcto Significado de las Analectas o Lunyu zhengyi 論語正義, influyente texto redactado a finales del período imperial en el que se nos muestra un Confucio preocupado con la transmisión del conocimiento heredado por la Dinastía Zhou. Por ello, Liu Baonan interpreta sus contenidos desde el punto de vista de otros textos históricos tradicionalmente confucianos, el Chunqiu 春秋 y el Gongyang zhuan 公羊傳, haciendo uso de los modernos descubrimientos filológicos realizados en su época.
En general, Transmitters and Creators no sólo es una obra importante en sí misma en cuanto que llena un vacío dentro del campo de la sinología, sino que nos recuerda la necesidad de releer los clásicos desde el punto de vista de sus comentaristas, algo útil tanto para comprender modernas lecturas de estos textos, como también para liberarnos nosotros mismos de esa tradición heredada y ser cuanto menos conscientes de la dificultad de alcanzar un determinado grado de objetividad interpretativa a la hora de leer a Confucio.
César Guarde